Friday, December 28, 2012

Antología Fin del Mundo: Fragmento de Infierno

El Fin del Mundo no fue. Aun así, los cuentos de la antología mencionada en el título continúan siendo irresistibles. Para muchos que aún no la han adquirido, les dejo un fragmento de mi cuento, Infierno, parte (introducción) de la colección "Crónicas de los tumores-demonio"
El libro aún puede conseguirse en Librería Universitaria, en la UCR
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Infierno

¿Sabes, espectro? Nunca me imaginé que así fuera el fin del mundo. Mirá por la ventana: hace poco estaba como a veinte metros; ahora está como a diez, esa lava. No sé si es lava, porque no se ve como en el tele. Es como que el suelo se derritiera, se fundiera y convirtiera en esa cosa roja incandescente. Y no es que avance, ¿sabes?; si lo ves bien, no es como un río que avanza, sino que la tierra normal se comienza a calentar y se pone al rojo vivo. Poco a poco.
 

Esos gemidos tuyos no parecen lastimeros, sonás como si más bien quisieras hablarme con la boca llena. Dejá de gemir y mirá por la ventana, si es que estás en algún lado con ventanas. Mirá el cielo, negro, sin estrellas ni luna. Para mí que está cubierto por una capa de cenizas y humo que tapa todo. Si mi reloj no está mal, de hecho serían como las tres de la tarde. Y todo está oscuro. Pero yo no oí ninguna explosión ni tampoco un temblor ni nada que dijéramos fuese un volcán o algo. Simplemente me desperté y la casa estaba vacía. Eso es lo que me extraña, Lisa no me hubiera dejado sólo. Y como ya no están las casas de los vecinos, no puedo preguntar. No hay nadie, espectro; solo vos y tus gemidos. Simplemente no lo entiendo.
 

La verdad, siempre supuse que el mundo se acabaría con una gran explosión, algún meteorito, o incluso alguna epidemia o guerra mundial. Pero que el suelo se derrita y el cielo se apague sí que es inesperado. También, si lo pienso, es increíble que no haya nada más que esta casa y yo aquí solo. Bueno, con unos gemidos que no sé de dónde vienen; pero en fin, nadie que parezca humano. Lo siento, espectro, pero también, por alguna razón, no me encuentro desesperado ni con miedo. Imagínate una casa sin luz, cercada por lava, andando uno con una vela, con un espectro quejándose… cualquiera estaría muerto de miedo. Oye, espera…
 

¡Sí! El núcleo de la Tierra se sobrecalentó y el calor está subiendo a la superficie derritiendo todo. Eso lo explicaría, aunque creo que el mar evaporado ya nos habría cocinado al vapor, ¿no crees?
La verdad, te hablo para no enloquecer, creo yo. La verdad es que Lisa es lo que más me preocupa. ¿Será que salió a buscar ayuda y quedó atrapada en la lava? ¿Será que las casas de los vecinos ya están calcinadas y este es el único lugar de la Tierra sin hervir? Si fuera así, si fuera el último lugar de la Tierra, quisiera tener a Lisa conmigo. Suena romántico, ¿verdad? Pero es realmente es triste. Amor hasta la muerte, pero eso no es cierto. Debo suponer que Lisa murió; pero el amor no se acaba, solo duele. Y moriré yo, pero el amor persistirá. Porque la amo… ¿Oiste? ¡Shhh!… … … creo que hay alguien en la casa… ¡Sí, son pasos!
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